viernes, 21 de diciembre de 2012

Últimamente y con motivo de la fecha en la que nos encontramos no leo y oigo más que comentarios despectivos hacia las personas que por miedo al final del mundo se han fabricado bunkers por temor a cuantos males pudiera acecharlos.
Risotadas, fiestas, viñetas y celebraciones virtuales para el momento señalado.
Hoy día 21 de Diciembre del 2012 escribo esto como un día más que es. Un precioso día soleado, después de un montón de días lluviosos y nublados que hemos tenido en esta semana.
Doy gracias a Dios y puedo reírme desde mi bunker particular, el salón de mi casa, donde todo sucede como yo quiero y cuando yo quiero. Donde apago y enciendo la tv o el ordenador cuando quiero, donde como y duermo a salvo de todo, porque al fin y al cabo, ahí afuera, el sol ha salido un día más.


Y tu dime ¿qué entiendes por fin del mundo?

martes, 11 de diciembre de 2012

viernes, 30 de noviembre de 2012

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Resistencia


Tengo ansia de resistencia y desesperanza por no tenerla, deseos oscuros, lejanos, palabras incompletas, frases a medias, nostalgias de plena luz en mitad de las noches.
Tengo vacíos sin tu presencia, pensamientos sobre tu ausencia, recuerdos en las madrugadas.
Mi insomnio lleva tu nombre y mi sueño la mano incapaz de alcanzarte, de tocarte, de sentirte.
Mis labios llevan el secreto de lo que callo a gritos, los besos que no te doy, las palabras que no te digo, el sabor de tu piel que nunca he probado, la sonrisa que me arrancas con solo una muestra de tu lejana presencia.
Soy la luna que aúlla al lobo desde el cielo y lo contempla perdido, transformándose ella misma en lobo perdido que busca la luna.
Tu, eres la herida que no sana,
 Que sangra cada noche, con cada ausencia
 Y con cada presencia,
 La música oscura, la voz desgarrada,
 El aire que cruza, la tierra mojada.
La lluvia que no moja y el fuego que no abrasa
El verso que no rima, el tiempo que no pasa.
Acorde sordo y mudo
Corazón que acompasa
Este alma en luna nueva
Que no haya en ti su casa
Oscuro deseo, oscuro, como un castigo sin razón. Los dioses del norte te trajeron con las nieves de la primavera, ya entonces no encajaba.
Te regalo mi luna oscura, mi nostalgia y mi bosque, mis palabras no dichas, mis poemas no escritos…

Vega


jueves, 4 de octubre de 2012

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Palabras


Acabo de terminar de leer un artículo que afirma categóricamente, entre otras cosas, que la creencia en lo espiritual no existe sino en la imaginación y necesidad de los propios seres humanos.
He conocido a personas que viven su espiritualidad de manera tan positiva que realmente me han hecho plantearme si vivimos en el mismo mundo, he llegado a pensar que mi sentimiento de espiritualidad no era tal al oír y leer a estas personas.
He conocido a personas espirituales tan negativas que he llegado a pensar que era preferible aferrarse a lo material y dejar de sufrir, por cierto sin éxito, por personas ajenas a ti.
 He conocido a personas que no son para nada espirituales ni sienten ningún interés por este tema.
Lo que nunca me hubiera podido imaginar, es que en el día de hoy,  una experiencia que tuve hace nueve años y que fue la más traumática que haya vivido jamás y que me dejó haciendo malabares durante 7 años tratando de encontrar el equilibrio en la línea que separa la cordura de la locura cobrara todo su sentido.
De repente un montón de ideas de alguien son solo un montón de letras afirmando una “verdad” que si bien es obvia para la mayoría de los pensantes no lo es tanto para unos cuantos experimentantes, por  llamarlo de alguna manera, al menos para ésta.
No me considero una sufridora cristiana buscando la recompensa del cielo ni nada remotamente parecido. Piense el pensante lo que le salga de los huevos.
Ni tan siquiera me considero una persona que lance amor al universo para que el universo le devuelva amor, piense el espiritual asimismo lo que le salga de sus sacros genitales.
Pero gracias a esa experiencia que me jodió la vida durante tiempo se muy bien el empuje que me mueve y he aprendido… algo que tal vez me vale solo a mi aunque sea algo que pertenece a todos.
Ahora entiendo el rechazo de unos y de otros, hasta el mío propio.
Pero sobre todo acabo de aprender que no puedo seguir el dogma de las letras de una biblia o un libro, aunque termine siendo excluida de todos los lados y por no pertenecer a ningún grupo o incluso sola.
Soy lo que soy, lo que mi pasado ha hecho de mí, las expectativas que tengo para mi futuro totalmente condicionadas por mis experiencias pasadas.
Si mis “malas vibraciones” te repelen pues ya sabes y si mis “buenas vibraciones” te saturan un tanto de lo mismo. Total sea como sea o haga lo que haga voy a ser juzgada
A veces hace falta tan solo un lugar solitario en la naturaleza, un poco de silencio y un soplo de aire fresco para darte cuenta de algo tan especial que cuando tratas de transmitírselo a alguien termina convirtiéndose en un montón de letras afirmando otra verdad y que nadie entiende o al menos tal como lo tratabas de transmitir… y aquí las dejo.

Hembra del viento libre


Tu ves pasar las horas frente a mi
El cuadro inmóvil gris, en la pared,
La vista triste mira más allá
La boca que sonríe sin reír.


Tu, dama blanca, estrella sin altar
Sueño perpetuo, amor sin frenesí
Mujer que doma el viento, el caminar,
Hembra del viento libre sin asir.



Es tu recuerdo el sur que nunca fue,
Tus sueños son sus manos sobre ti,
Tu aliento fue su voz y su vibrar
Tu anhelo el caminar que es su vivir.



Y fue tu infierno espalda de su amor
Y tú consuelo el ansia de vivir
Y convirtiose en deuda su canción
Aquella que por siempre has de blandir.



La historia se repite sin final
Un nuevo amor tú alma construirá
Y en ese cielo eterno de pasión
La nueva historia, un verso vivirá
Y así el espaldarazo de otro amor
Tal vez un alma libre moldeará.


Itziar 12-IX-2012

martes, 4 de septiembre de 2012

Ausencia de Dios


Ausencia de Dios




Digamos que te alejas definitivamente
hacia el pozo de olvido que prefieres,
pero la mejor parte de tu espacio,
en realidad la única constante de tu espacio,
quedará para siempre en mí, doliente,
persuadida, frustrada, silenciosa,
quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
tu corazón de una promesa única
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.

Después de ese dolor redondo y eficaz,
pacientemente agrio, de invencible ternura,
ya no importa que use tu insoportable ausencia
ni que me atreva a preguntar si cabes
como siempre en una palabra.

Lo cierto es que ahora ya no estás en mi noche
desgarradoramente idéntica a las otras
que repetí buscándote, rodeándote.
Hay solamente un eco irremediable
de mi voz como niño, esa que no sabía.

Ahora que miedo inútil, qué vergüenza
no tener oración para morder,
no tener fe para clavar las uñas,
no tener nada más que la noche,
saber que Dios se muere, se resbala,
que Dios retrocede con los brazos cerrados,
con los labios cerrados, con la niebla,
como un campanario atrozmente en ruinas
que desandara siglos de ceniza.

Es tarde. Sin embargo yo daría
todos los juramentos y las lluvias,
las paredes con insultos y mimos,
las ventanas de invierno, el mar a veces,
por no tener tu corazón en mí,
tu corazón inevitable y doloroso
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.


Mario Benedetti

martes, 31 de julio de 2012

martes, 12 de junio de 2012

CANCIÓN DE LA ESPERA


Espero tu sonrisa y espero tu fragancia
por encima de todo, del tiempo y la distancia.
Yo no sé desde dónde, hacia dónde, ni cuándo
regresarás... sé sólo que te estaré esperando.

En lo alto del bosque y en lo hondo del lago,
en el minuto alegre y en el minuto aciago,
en la función pagana y en el sagrado rito,
en el limpio silencio y en el áspero grito.

Allí donde es más fuerte la voz de la cascada,
allí donde está todo y allí donde no hay nada,
en la pluma del ala y en el sol del ocaso,
yo esperaré el sonido rítmico de tu paso.

Comprendo que de mí ya se ría la gente
al ver cómo te espero desesperadamente.
Cuando todos los astros se apaguen en el cielo,
cuando todos los pájaros paralicen el vuelo
cansados de esperarte, ese día
lejano yo te estaré esperando todavía.

No importa: aunque me digan todos que desvarío,
yo te espero en las ondas musicales del río,
en la nube que llega blanca de su trayecto,
en el camino angosto y en el camino recto.

Niño, joven o anciano, sonriendo o llorando,
en el alba o la tarde, yo te estaré esperando,
y si me convenciera que ese ansiado día
no habría de llegar, también te esperaría.


José Ángel Buesa


miércoles, 30 de mayo de 2012

Vidas


No se trata de buscar y hallar, Se trata más bien de caminar y encontrase, así, de golpe, como quien no ve venir lo que hay dos pasos más adelante.

A veces se me olvida mirar al frente y esto me lleva a dejar pasar las cosas, por despiste o por miedo, volviéndome testigo espectador de mi propia vida.

Puedo encontrar mil veces, la misma situación, la misma persona, la misma sensación y mil veces observarlo todo desde fuera, como siempre, como si esperase que una parte de mí fuera a reaccionar para, esta vez sí, cambiar las cosas, pero todo llega y todo pasa, y pasa ajeno al observador.

La noche me habla desde la brisa, que acaricia mi cara y azota mi pelo, como una amiga fiel que siempre llega a su hora.

Sus palabras son como la sombra de una idea que me persigue y que no consigo descifrar, pero aun así siento consuelo.

Qué será esta extraña nostalgia de primavera que al mirar a algunas personas o lugares parece que recuerdo cosas que nunca he vivido, como si un día atrás en el tiempo las hubiera perdido sin haber sido nunca mías.
En cambio algo dentro me hace sentir que soy yo, la niña sentada en la escalera que observa a su madre llorando en un lugar sin duda familiar, algo que reconozco como mi casa, una ventana que asoma a un campo con flores y junto a ella una mesa de madera con unas sillas también de madera.

La madre, mi madre, intenta disimular su pena haciendo aparentemente labores en la cocina, sé que algo no va bien.
Una voz me saca de esta ¿ensoñación? Y me retorna al mundo real, una mujer argentina esta apenada en la sala de espera de urgencias con un hombre alto, supongo que su pareja, esa mujer me ha traído ese extraño “recuerdo”, no se si mío, suyo o de ninguna de las dos. No me atrevo a preguntar, lo dejo pasar. Soy otra vez esa ajena espectadora de una vida, tal vez suya, tal vez mía, tal vez de las dos.

jueves, 24 de mayo de 2012

SINCRONICIDADES

SINCRONICIDAD


Interesante enlace donde se da posibles explicaciones al por qué de las sincronicidades 

miércoles, 23 de mayo de 2012

Gustavo Adolfo Bécquer RIMA XIII

Tu pupila es azul, y cuando ríes
 Su claridad suave me recuerda
 El trémulo fulgor de la mañana
 Que en el mar se refleja.

 Tu pupila es azul y, cuando lloras,
 Las transparentes lágrimas en ella
 Se me figuran gotas de rocío
 Sobre una violeta.

 Tu pupila es azul, y si en su fondo
 Como un punto de luz radia una idea
 Me parece en el cielo de la tarde
 Una perdida estrella.

lunes, 5 de marzo de 2012

jueves, 12 de enero de 2012

Valladolid Enero Bici (Afonso)

Noche De Luna Llena

Se levantó instintivamente como si supiera donde iba, se puso su abrigo, los guantes, el gorro y la bufanda y cerró la puerta silenciosamente para no despertar a su pareja que dormía hacía algunas horas.
Dejó la luz del salón encendida, por si desde la cama él abría los ojos y no veía ni la luz ni a ella en su cama.
La temperatura de la calle era gélida y los coches estaban cubiertos de escarcha helada.
Se adentró en la espesa niebla y se encaminó hacia el bosque.
No se oía ningún ruido en la desierta calle, parecía como si el frío hubiera congelado todo atisbo de vida, aceleró un poco el paso con la intención de entrar lo más rápidamente posible en calor.
Entre la niebla empezó a distinguir ya el camino que se adentraba en el bosque. Ni por un segundo se paró a pensar en los peligros que la noche, la calle y el bosque podían esconder, de alguna manera intuitiva sabía que estaba en el lugar adecuado. Alguna fuerza extraña dentro de su ser, sin dejar de ser ella misma se había apoderado de sus decisiones y sabía que no podía faltar a esa cita.
En cierto momento se apartó del camino y comenzó a caminar entre los árboles, aunque nunca había estado en aquel lugar no se sentía perdida, sentía como el propio bosque la protegía, de alguna manera, en lo más profundo y salvaje de su cerebro se sentía en casa.
La quietud y el silencio dieron paso a una suave brisa que ondeo ligeramente su pelo negro y rizado.
Esa sensación la hizo sentir que no estaba sola, pero no se asustó, sintió como el viento helado rozaba su rostro con su pelo y fue como la caricia de una madre. Miró a su izquierda, divisó un montículo y se dirigió hacia él, cuando llegó a lo alto empezó a oír como unos cánticos repetitivos y unos tambores.
La brisa paró y la niebla se disipó en pocos segundos.
Bajó hasta el otro lado del alto y se detuvo en un claro del bosque.
Miró al cielo y contemplo la hermosa luna llena que iluminaba el claro.
A sus pies encontró los restos de lo que había sido una hoguera, unas piedras en círculo con ramas algunas quemadas y otras mas recientes sin encender puestas sobre éstas.
Encendió un fuego y contemplo la luna.
Comenzó a notar presencias a su alrededor, como si alguien bailara alegre junto al fuego.
Se empezó a centrar en los cánticos y los tambores.
El calor de la hoguera y el sonido de esa música extraña que parecía surgir de ninguna parte la hicieron entrar en una especie de trance.
Empezó a danzar al ritmo de los tambores que parecían conectarla a través de un amor desconocido hasta ahora por ella con la tierra.
Giró y giró sobre si misma y alrededor de la hoguera.
Se despojó primero de su abrigo, luego de su jersey y de su camiseta hasta quedarse con el pecho descubierto.
Siguió danzando y danzando, girando y girando.
La ropa que le quedaba le hacía sentirse incomoda,hasta quedarse finalmente desnuda.
Sin saber en que momento exactamente había comenzado a verlos, había un grupo de personas, en su mayoría mujeres, de todas las edades, bailando con ella desnudas alrededor de la hoguera.
Lo siguiente que recordó fue encontrarse dormida, junto a la hoguera, tapada tan solo con su abrigo, que alguien había puesto sobre ella.
Se levantó del suelo sorprendida, se vistió y se dirigió de nuevo a su casa.
Miró el reloj, faltaba muy poco para amanecer, había perdido totalmente la noción del tiempo.
Todo su empeño era regresar a casa antes de que él se despertara para ir a trabajar.
De camino al portal la niebla volvió a cubrir las calles.
Se metió en la cama, más que extrañada, agradecida por lo que había sucedido aquella noche de luna llena.
Sentía su espíritu libre, un amor salvaje y unas fuertes ganas de vivir.
Había ampliado su familia, su hogar, todo había sido cómplice de aquella experiencia que la cambiaría su vida para siempre, los árboles, la niebla, la brisa, el frio, el fuego, aquellas gentes que estaban allí aunque invisibles en un principio.
Pensó que la realidad danzaba y giraba tanto como ella aquella noche, la realidad no era aquello que nos habían hecho creer, era aquello que un día se transforma y te hace un loco ante el mundo, un loco libre y feliz…

Itziar 10-I-2012