jueves, 7 de julio de 2016

¡Cuando miro el azul horizonte perderse a lo lejos, al través de una gasa de polvo dorado e inquieto; me parece posible arrancarme del mísero suelo y flotar con la niebla dorada en átomos leves cual ella deshecho! Cuando miro de noche en el fondo oscuro del cielo las estrellas temblar como ardientes pupilas de fuego; me parece posible a do brillan subir en un vuelo, y anegarme en su luz, y con ellas en lumbre encendido fundirme en un beso. En el mar en la duda en que bogo ni aún sé lo que creo; sin embargo estas ansias me dicen que yo llevo algo divino aquí dentro. Bécquer