jueves, 12 de enero de 2012
Noche De Luna Llena
Se levantó instintivamente como si supiera donde iba, se puso su abrigo, los guantes, el gorro y la bufanda y cerró la puerta silenciosamente para no despertar a su pareja que dormía hacía algunas horas.
Dejó la luz del salón encendida, por si desde la cama él abría los ojos y no veía ni la luz ni a ella en su cama.
La temperatura de la calle era gélida y los coches estaban cubiertos de escarcha helada.
Se adentró en la espesa niebla y se encaminó hacia el bosque.
No se oía ningún ruido en la desierta calle, parecía como si el frío hubiera congelado todo atisbo de vida, aceleró un poco el paso con la intención de entrar lo más rápidamente posible en calor.
Entre la niebla empezó a distinguir ya el camino que se adentraba en el bosque. Ni por un segundo se paró a pensar en los peligros que la noche, la calle y el bosque podían esconder, de alguna manera intuitiva sabía que estaba en el lugar adecuado. Alguna fuerza extraña dentro de su ser, sin dejar de ser ella misma se había apoderado de sus decisiones y sabía que no podía faltar a esa cita.
En cierto momento se apartó del camino y comenzó a caminar entre los árboles, aunque nunca había estado en aquel lugar no se sentía perdida, sentía como el propio bosque la protegía, de alguna manera, en lo más profundo y salvaje de su cerebro se sentía en casa.
La quietud y el silencio dieron paso a una suave brisa que ondeo ligeramente su pelo negro y rizado.
Esa sensación la hizo sentir que no estaba sola, pero no se asustó, sintió como el viento helado rozaba su rostro con su pelo y fue como la caricia de una madre. Miró a su izquierda, divisó un montículo y se dirigió hacia él, cuando llegó a lo alto empezó a oír como unos cánticos repetitivos y unos tambores.
La brisa paró y la niebla se disipó en pocos segundos.
Bajó hasta el otro lado del alto y se detuvo en un claro del bosque.
Miró al cielo y contemplo la hermosa luna llena que iluminaba el claro.
A sus pies encontró los restos de lo que había sido una hoguera, unas piedras en círculo con ramas algunas quemadas y otras mas recientes sin encender puestas sobre éstas.
Encendió un fuego y contemplo la luna.
Comenzó a notar presencias a su alrededor, como si alguien bailara alegre junto al fuego.
Se empezó a centrar en los cánticos y los tambores.
El calor de la hoguera y el sonido de esa música extraña que parecía surgir de ninguna parte la hicieron entrar en una especie de trance.
Empezó a danzar al ritmo de los tambores que parecían
conectarla a través de un amor desconocido hasta ahora por ella con la tierra.
Giró y giró sobre si misma y alrededor de la hoguera.
Se despojó primero de su abrigo, luego de su jersey y de su
camiseta hasta quedarse con el pecho descubierto.
Siguió danzando y danzando, girando y girando.
La ropa que le quedaba le hacía sentirse incomoda,hasta
quedarse finalmente desnuda.
Sin saber en que momento exactamente había comenzado a
verlos, había un grupo de personas, en su mayoría mujeres, de todas las edades,
bailando con ella desnudas alrededor de la hoguera.
Lo siguiente que recordó fue encontrarse dormida, junto a la
hoguera, tapada tan solo con su abrigo, que alguien había puesto sobre ella.
Se levantó del suelo sorprendida, se vistió y se dirigió de
nuevo a su casa.
Miró el reloj, faltaba muy poco para amanecer, había perdido
totalmente la noción del tiempo.
Todo su empeño era regresar a casa antes de que él se
despertara para ir a trabajar.
De camino al portal la niebla volvió a cubrir las calles.
Se metió en la cama, más que extrañada, agradecida por lo
que había sucedido aquella noche de luna llena.
Sentía su espíritu libre, un amor salvaje y unas fuertes
ganas de vivir.
Había ampliado su familia, su hogar, todo había sido
cómplice de aquella experiencia que la cambiaría su vida para siempre, los
árboles, la niebla, la brisa, el frio, el fuego, aquellas gentes que estaban
allí aunque invisibles en un principio.
Pensó que la realidad danzaba y giraba tanto como ella
aquella noche, la realidad no era aquello que nos habían hecho creer, era
aquello que un día se transforma y te hace un loco ante el mundo, un loco libre
y feliz…
Itziar 10-I-2012
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