miércoles, 25 de abril de 2018

Uno se siente solo


Uno se siente jodido cuando ve que camina realmente solo.
No me refiero a esa soledad en la que está perdido, sin rumbo, una bala perdida,no es esa soledad egoísta y simple.
Uno se siente solo cuando se ve acompañado únicamente de su sombra y su propio reflejo en el espejo.
Resulta que la sombra se alarga tanto que consigue tapar la imagen que una vez vio en el espejo, ¿vio la imagen o la imaginó? eso depende de la altura de su sombra.
Uno camina solo cuando ve que habla solo, cuando todo el mundo ve que habla solo, cuando el mundo bosteza al ver que habla... solo... cuando el miedo se alimenta de estos mismos pensamientos, cuando ve alimentar su valentía a base de alimentar el criterio de otros renunciando a los propios. Uno se siente solo cuando a través del resto del mundo ha deja de quererse, y es tan fácil ver a través del resto del mundo... dejarse llevar.
Uno se siente solo cuando en definitiva se encuentra jugando otro juego diferente al que juega el resto, cuando es la pieza que pertenece a otro puzle, cuando ha olvidado el sentido del por qué, cuando se ha cansado de jugar al juego que no es el suyo y no es el suyo porque le aburre. Uno se siente realmente solo cuando ha dejado de invocar al viento, porque sabe que nada del otro mundo puede ya aliviar el hartazgo de éste, porque sabe que su hogar pertenece al lugar donde nace el viento, porque no quiere ser más una pieza averiada de un mecanismo destinado al fracaso, porque todo lo que te tiene, lo único bueno y real que tiene, es imperceptible en este mundo.
Sin embargo, uno encuentra algo sagrado, peremne, inamovible en esta soledad, como si detrás esperase una verdad llena de todo.
Mientras tanto, me seguiré volviendo piedra, poco a poco...

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